Presentación

Tras las constantes colsultas de amigos y familiares acerca de qué restaurantes son dignos de recomendar y cuáles son mejor evitar, hemos decidido abrir este blog en el que narraremos las experiencias gastronómicas de cada fin de semana, para que así, tanto aquellos que nos consultaban, como todo aquel que nos lea, pueda tener una crítica de nuevos restaurantes desde un punto de vista independiente.


domingo, 3 de julio de 2016

Terraza el Patio

Situación: Calle Fortaleza de Chipude 2 ver mapa

Arucas

Tipo de comida: Arrocería

Precio: 125,55 (8 personas)

aprox. 15 € por persona

Servicio: Bueno



Local de agradable y amplia terraza con una carta extensa y especialidad en arroces. Recomendamos reservar porque, a pesar de ser un local grande, se llena rápidamente.

Como entrantes pedimos 2 raciones de queso frito con salsa de frutos rojos -las raciones muy abundantes y buenas- y unas papas arrugadas con mojo, este último muy bueno. También pedimos una ración de puntillitas que estaban muy bien fritas y unos huevos estrellados con chistorras y pimientos de Padrón. Estos últimos estaban buenos pero la yema de los huevos no hizo acto de presencia.

Estos entrantes son acompañados por unos panes de leña y un alioli -muy buenos- que se incluyen en la cuenta.

Ya metidos en la comida propiamente dicha -y dado que la especialidad del lugar son los arroces- decidimos pedir tres tipos diferentes para probar lo más posible (la ración mínimas de arroz es para dos personas) pero desgraciadamente nos comentaron que sólo se puede pedir dos tipos de arroz por mesa, con lo que nos tuvimos que conformar con una fideuá negra de chocos con mejillones y gambas y un arroz meloso de presa ibérica con verduritas. Estos platos fueron muy correctos, pero no cubrió nuestras expectativas, que posiblemente eran demasiado altas, tal vez debido a que el restaurante se anuncia como especialista en arroces.

Para beber hubo un poco de todo, desde agua, refrescos o cerveza sin alcohol, hasta el vino que en toda buena mesa no puede faltar. Con los entrantes, y tras la recomendación del camarero, nos atrevimos a pedir un vino blanco semidulce gaditano, que a pesar de que ya habíamos probado en alguna ocasión no recordábamos cuál era exactamente su nivel de calidad: Maestrante de Bodegas Barbadillo. Para acompañar la comida decidimos dejarnos de experimentos e ir a lo seguro con un Bermejo semidulce de Lanzarote, que este sí, cumplió con las expectativas.

Ya de postre, los más dulces de la mesa se deleitaron con dos brownies, dos polvitos uruguayos y una tarta de queso. Igual que el resto de la comida, eran correctos, destacando los polvitos sobre los demás.

No hay ofrecimiento de chupitos por parte del local al final de la comida.

En general una comida muy correcta -sin tirar fuegos artificiales- a un precio muy asequible y con un trato cercano y amable.

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